Biografía de la Humanidad - Finalista Premios KnowSquare 2018

Resumen por Elías Ramos, miembro del Jurado de los Premios Know Square

En busca de la felicidad

Enfrentarse a producir una obra como “Biografía de la Humanidad” es una acto de valentía que muy pocos se atreverían a hacer. Lo han hecho José Antonio Marina, uno de los personajes más fácilmente identificables y brillantes de la vida cultural española y Javier Rambaud, historiador de prestigio y, por lo tanto, uno de los investigadores más serios que pueden reconocerse en España. El resultado es una obra que cabría calificar de magna por el reto que suponía, por su contenido y porque, como buen libro, nos abre a un abanico de oportunidades para la reflexión; tan grande que, cuando lo terminas, ansías ahondar en muchas cosas de las que has leído y, como no, hacer tus propias conjeturas o reflexionar sobre lo que en ocasiones has escrito, si es que, por unas cosas o por otras, has tenido la oportunidad de escribir sobre algunos de los temas que trata este libro.

Siempre he considerado que cerrar un libro después de leerlo y analizar la reacción que produce es una forma de evaluar el impacto que te ha causado y el de éste les confieso que ha sido grande. “Aquí termina el libro, pero no la búsqueda”, escriben los autores antes de poner el punto final.

Y es verdad. Tan es así que cuando terminas, empiezas. Pocos libros te producen esa sensación.

La “Biografía de la Humanidad” que nos proponen Marina y Rambaud es, desde el punto de vista de la “historia de la evolución de las culturas”, que utilizan como complemento informativo al título, un apasionante reto Y es así. Es como un crucero por el río de la historia, mirando a un lado y a otro, sorteando algunos rápidos, desplegando velas para cruzar los grandes lagos que suponen los posibles cambios que producen el tránsito de una era axial a otra, como definen ellos las épocas de los grandes cambios de la cultura que, no es otra cosa que esa conjunción que favorece un cambio sin precedentes.

Soy de la opinión que siempre hay esos precedentes de grandes cambios culturales, nunca partes de la nada, al menos en la Historia que conocemos. Ahora vamos hacía un humanismo de tercera generación, dicen los autores, siguiendo la ruta hacia esa felicidad objetiva que es la que pretendemos y la que nos hace a las sociedades movernos hacia adelante. En realidad, no sabemos si es la dirección correcta pero es la que acostumbramos a dar por tal, como hace el agua de un río en su camino hacia el mar. La naturaleza siempre es un gran ejemplo porque, al fin y al cabo, somos eso y se supone que en el largo camino hay transformaciones producidas por muchas y variadas circunstancias.

En este punto siempre nos encontramos con el interrogante de si somos nosotros los que elegimos o son los avatares los que nos empujan en una dirección. La conjunción de las dos cosas parece que es lo más prudente y quedarnos con esa duda eterna. La realidad es que después de muchos millones de años hemos llegado a nuestro siglo XXI y tenemos grandes dudas sobre la propia supervivencia de la especie en un plazo relativamente corto.

Stephen Hawking, uno de los grandes personajes de los siglos en los que ha tocado vivir, nos recomendó antes de su fallecimiento no perder de vista los tres grandes peligros que nos acechan: el cambio climático, la Inteligencia Artificial y la vida extraterrestre. Los tenemos en cuenta pero no la solución, que formará un nuevo capítulo de esta biografía de la humanidad. Probablemente, esté más en lo que soñamos que en lo que pensamos de forma más racional. Alguien dijo que todo lo que soñamos seremos capaces de hacerlo; nosotros o los que vengan detrás. Puede ser un espejismo o una de esas tortuosas formas con las que tratamos de encontrar la felicidad objetiva, de la que hablan los autores en la obra.

Volviendo a este gran libro de retos que nos plantean Marina y Rambaud uno de ellos es destacar alguna de las brillantes referencias que nos dan, que es uno de los grandes méritos de la obra. Una cosa es dar referencias e introducir una cita; otra cosa es hacerlo de forma inteligente y adecuada. La selección resulta fantástica. Me quedo con dos. La primera aborda el problema como motor de la sociedad. El artista, escriben, siempre encuentra problemas “en la solución de los cuales puede desplegar su maestría, incluido el problema de cómo ser original”, dice uno de los grandes historiadores del Arte, como lo fue E.H. Gombrich.

La segunda tiene mucho que ver con realidades actuales y precisamente del capítulo que dedica al siglo de las revoluciones; es decir, el XIX. Es una cita que Napoleón III hace de una historia inglesa: “Si marchas a la cabeza de las ideas de tu siglo, estas ideas te seguirán y te sostendrán. Si marchas detrás de ellas, te arrastrarán contigo. Si marchas contra ellas, ¡te derrocarán!”.
Ideas y problemas, problemas e ideas, tanto monta, son dos de los motores que han movido las civilizaciones y, como no, la cultura que, a su vez, ha movido a las sociedades, que es lo que cuentan José Antonio Marina y Javier Rambaud en este inquietante libro –“vivimos siempre en vilo en una frontera incierta”- que tiene la gran virtud de serlo por despertar en el lector el ansia del saber.

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