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La era de la humanidad. Hacia la quinta revolución industrial.

La era de la humanidad. Hacia la quinta revolución industrial.

 

Marc Vidal. Editorial Deusto

Los retos que plantea la transformación digital y la forma de afrontarlos para conseguir que la era de las máquinas se convierta en la era de la humanidad y no nos sobrepase dejando a las personas en un segundo plano conforman el hilo conductor de este ensayo de Marc Vidal que por su actualidad, oportunidad y calidad expositiva engancha al lector desde la primera página.

 

 

Parte de un diagnóstico crudo de la realidad económica, laboral, cultural, educativa, política y social y de la situación española en particular, lo que le confiere un interés especial. Analiza las transformaciones que vive nuestro mundo fruto del detonante tecnológico que mejorarán la vida de las personas, aun con los inevitables peajes que se deben pagar como sociedad. Concluye, desde el punto de vista humanista, que esta revolución industrial y tecnológica no busca prescindir de las personas, sino que los humanos nos dediquemos y seamos capaces de desarrollar aquello para lo que somos la única especie capaz.

Comienza con la crisis de la pasada década, de la que ha surgido un nuevo mundo en el que no se puede seguir presionando a empresas y consumidores a seguir pagando el dispendio. Afirma el autor que, en realidad, se llamó crisis a una deflación de capital y se llama recuperación a una deflación social. No hace falta más explicación para entender a qué nos referimos.

Stephen Hawquing decía, según recuerda el autor, que estamos en el momento más peligroso en el desarrollo de la humanidad y que el desarrollo de la inteligencia artificial destruirá el trabajo humano entre las clases medias de manera irreversible. Solo quedará empleo para creativos y supervisores, decía Hawquing, y se preguntaba si estamos preparados para un mundo con un desempleo que él calculaba entorno al sesenta por ciento.

El mundo no se va a acabar, pero va a cambiar tanto y tan rápido que no vamos a tener tiempo de preguntarnos si está bien o no, si es posible o no pararlo. La ventaja estará en haberlo previsto y en implementar una estrategia empresarial, personal, política, social y económica, acorde con los desarrollos que nos esperan.

Los actuales sectores que priman en nuestro crecimiento económico, como el turismo o la construcción, dejarán de ser tractor de la economía. Generar oportunidades para el sector tecnológico es uno de los retos que debemos afrontar para avanzar hacia una transición ineludible siempre que seamos capaces de tomar las decisiones correctas, como bajar impuestos, facilitar la creación de negocios innovadores, conectar formación con demanda y no castigar la inversión internacional que apoye proyectos locales.

El sector agrícola no es ajeno a la transformación digital, que también será determinante del futuro del sector primario. Los drones, los sistemas inteligentes de monitoreo e inteligencia artificial y aprendizaje automático revolucionarán el futuro de un sector, el agrícola, que estará sometido a la mayor presión que jamás ha tenido con dos mil millones más de bocas que alimentar en los próximos treinta años. Ello con una superficie cultivable de tan solo un cuatro por ciento adicional.

El autor se refiere también a la desigual situación de la mujer, no solo en el sector tecnológico, sino en puestos de liderazgo en general. Un problema de origen cultural que no va a ser fácil de superar a pesar de que vivimos un momento histórico en el que afrontaremos los desafíos más importantes que hemos tenido como especie, en el que tendremos que establecer nuevos criterios y bases sobre el papel humano en las próximas décadas. En estos momentos cruciales no parece que estemos en condiciones de que sean mayoritariamente los hombres quienes lo gestionen ni cabe que nos quedemos en la superficie de las cuotas. Queda mucho camino por recorrer y aunque en algunos ámbitos vamos por el camino correcto, la velocidad no acompaña la rapidez de los cambios.

El panorama descrito por Stiglitz, premio Nobel de Economía en 2001, describió los puntos débiles de la economia española para afrontar una verdadera recuperación: el enorme crecimiento de la pobreza y el crecimiento del desempleo, mitigado por la fuga de talento y la salida de inmigrantes, el desempleo juvenil, situación a la que también se refiere como la generación invisible, y la precariedad laboral crónica. La década perdida de 2008 a 2018, con niveles de producción equivalentes a los de 2008. Finalmente el reconocimiento de que el futuro no se construye por inercia, que crear un nuevo modelo económico cuesta tiempo e inversión. El riesgo de caer en pobreza crónica es enorme. Se requieren luces largas y mirada a largo plazo. Por el momento seguimos con luces cortas, de posición y cuatro intermitentes en el arcén de una autopista por la que ya circulan otros a toda velocidad. De momento nadie para para preguntar qué nos pasa.

A lo largo de su libro, Vidal describe manera creíble cómo podemos esperar una evolución incierta pero real al mismo tiempo, un mundo en el que el internet del todo dominará y donde trabajar a penas dos horas será suficiente para ser rentables y productivos gracias a la ayuda de los robots y de los algoritmos. Un mundo en el que habrá que colocar a millones de personas sin empleo tal y como hoy lo conocemos.

Por supuesto, el libro se refiere también a la economia digital. Repasando experiencias concretas, desde Kodak a Uber, Cabify y otras plataformas de movilidad, los coches auto conducidos que están cambiado nuestra manera de vivir y los modelos  empresariales. Valga como ejemplo que muchas marcas de coches ya no piensan en vender, piensan en ser un servicio de transporte. Muchos piensan que los nacidos en estos días nunca llegarán a conducir su propio coche.

Las fintech, la industria financiera que aplica nuevas tecnologías, ha convertido a los bancos en las nuevas discográficas. Este es el original titulo del capítulo que se refiere al mundo financiero. El desarrollo de las fintech y los nuevos sistemas de pago, incluidas las criptomonedas, los sistemas blockchain, los iBanks, el asesoramiento robótico, los pagos móviles, el análisis predictivo, etc., suponen un apasionante mundo cambiante que nos conducen a una banca más centrada en el cliente y en una experiencia digital personalizada para sobrevivir con éxito en el nuevo entorno. Como en muchos otros sectores, la nueva banca es menos banca y más servicio. Al igual que ha ocurrido con las discográficas o con la prensa, donde la disrupción ha supuesto un cambio de negocio, parece inevitable, según el autor, que a la banca le pase algo parecido.

El trabajo de Vidal repasa muchos más aspectos y se atreve a apostar cómo serán los empleos futuros y la transformación de las empresas: las actuales constructoras lo serán de espacios virtuales, las agencias de viajes, creadores de experiencias, los gimnasios se convertirán en consejeros virtuales de compromiso físico. En fin, el libro nos conduce a la pregunta de qué haremos cuando las máquinas lo hagan todo.

No hay territorio intocable ni empleo que se libre y tampoco un escenario previsible. La singularidad tecnológica y la singularidad humana son los dos últimos capítulos que permiten concluir que la tecnología nos adelanta por todas partes, pero en nuestras manos está utilizarla correctamente para valorar mucho más el factor humano. En nuestras manos está hacer que la quinta revolución no sea la era de las maquinas sino la era de la humanidad.

Las lecciones que a pasos de gigante estamos interiorizando con la crisis del Covid-19 nos acercarán, y me atrevo a pronosticar, que van a acelerar el tránsito hacia una realidad social y económica más digital y más humana. El coste será elevado, pero el final del camino reequilibrará la escala de objetivos y prioridades.

Madrid, 23 de abril de 2020

María José Gómez Yubero

Miembro del Jurado de los Premios KnowSquare

 

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