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De la Ética, la Empresa y la Estética - Artículo

El Museo Lázaro Galdiano fue el marco perfecto para escuchar a la profesora Adela Cortina, premio a la Labor Divulgativa Ejemplar de Know Square. Hablar de ética en un centro que representa tan bien el amplio concepto de estética es una curiosidad que no debe pasar inadvertida. Escucharla es una gozada y a ello os invito. Fue como un gran lazo para envolver el acto en el que se dio a conocer el ganador del Premio al Mejor Libro de Empresa del año que, en su sexta edición recayó en el libro “Negociar lo imposible”, de Deepack Malhotra.

Uno y otro, me refiero a los premios, resumen bien el estado de necesidad en el que está la sociedad en su conjunto. Podría especularse que el jurado hubiera meditado sobre el tema a lo largo de estos meses, pero puedo asegurar que no, como miembro del jurado que soy. Defendemos la calidad de los libros en varios de sus aspectos, la oportunidad, la novedad, etc. y analizamos los valores que una persona o institución tienen para merecer el Premio a la Trayectoria Divulgativa Ejemplar, independientemente de otras consideraciones globales que se nos pudieran ocurrir. Lo digo porque es curioso como la conciencia individual de cada uno ha desembocado en una decisión colectiva sobre dos conceptos y actitudes (objetivo y estrategia) hacia donde debe caminar la sociedad en una época de cambio. Ética y arte para negociar lo pedimos para España pero también para el resto del mundo. Son momentos para pensar, que dijo Antonio Garrigues y nada mejor que partir de estos conceptos que tanto resaltaron.

Siempre decimos que los bienes escasos son difíciles de lograr y cuando afrontamos procesos de cambio, que no significa otra cosa que incertidumbre ante el futuro, necesitamos refugiarnos, o buscar con ahínco, eso tan difícil pero tan necesario para que lo que viene sea mejor. Necesitamos las dos cosas para abordar el proceso de cambio que estamos viviendo. Lo decía Adela Cortina en su simpática, emocionada, hermosa y acertada intervención. Como buena filósofa extrajo de su cabeza una definición de su  Premio que nunca hubiéramos sido capaces de hacer los que formamos parte del jurado. El verbo “divulgar” nunca había sido tan importante.

Creo que se sintió desafiada por la excelente laudatio de presentación que hizo mi compañero de jurado Jesús María Martínez-del Rey. El rápido análisis de la trayectoria de una profesora tan ejemplar no es fácil de resumir y lo hizo de forma brillante y certera. Le sentaba muy bien a ese concepto desarrollado por Adela Cortina de “Ética mínima”, que da título a uno de sus libros. 

Pero, hablemos de los títulos finalistas para el Premio al Mejor Libro de Empresa del Año. En pocas ediciones hemos tenido que dirimir el premio entre aspirantes tan igualados y tan alineados en dos grupos diferentes: lo efectos de la evolución tecnológica tan rápida que estanos viviendo, por un lado; la resolución de los problemas que causa, por otro. Entiendo que nos hemos decantado por esto último al elegir “Negociar lo imposible”, de Deepack Malhotra, profesor de la Harvard Business School.

Si el Premio Know Square al Mejor Libro de Empresa tiene el objetivo de dirigir al directivo hacia lecturas que creemos que le ayudan a conocer nuevas tendencias, refrescar ideas sobre estrategias o destacar las nuevas, a interpretar los cambios sociales e informar sobre los nuevos paradigmas; libros para  afrontar, en una palabra, su realidad en un mundo cada vez más complejo, creo que el jurado eligió bien.

El directivo tiene que tomar decisiones. Unas las afronta de forma solitaria porque forma parte de su responsabilidad y, en consecuencia, de su retribución; otras las afronta de forma colegiada y otras, en la que se ven involucradas otras partes, de forma negociada. Pero no solo es negociada esta última; también las otras dos. La primera con uno mismo o tu equipo y la segunda con un comité o una comisión. Tenemos que saber negociar y este libro es una gran guía de consulta. 

El yo y mis circunstancias, que diría Ortega, nos afecta en cada situación y es bueno hacerlo con la cabeza fría. Es una empresa dentro de la empresa y eso necesita de reflexión. Pues bien, este libro también nos ayuda a reflexionar. Personalmente creo que es de los libros más útiles que he leído en estos años.

Es un tema en el que todos necesitamos educarnos, como en la ética. Que estupendo conjunto forman estos dos conceptos para afrontar esos cambios que vienen, como nos dicen la otra parte de los libros finalistas y algunos más que se han quedado en el camino y que también son interesantes. Afortunadamente hay investigadores y estudiosos que nos cuentan esos cambios y que nos enseñan diversos caminos para responder al reto que tenemos por delante. 

Cuántos interrogantes por resolver, pensaba el otro día cuando ¡por fin!, pude ver el video del acto de entrega de premios y al que no pude asistir. Por ejemplo, me preguntaba si con la globalización el concepto de ética, que a nosotros nos viene de la filosofía clásica, se corresponde con la que tienen otras culturas. Cuando leía el libro sobre "Alibaba y Jack Ma", su creador, me surgía esta pregunta. Puede decirse que la respuesta está cerca por precisamente uno de los patrocinadores del Premio, Correos, que ha llegado a un acuerdo con el que ya es uno de los grandes imperios económicos del mundo empresarial. 

Sobre estos interrogantes o las nuevas realidades escriben los autores de los libros finalistas y muchos de los que no lo han sido. Por ejemplo, han disminuido los libros sobre la crisis cuando todavía no ha terminado. Es historia. Nos preocupa la que se avecina si es que no solventamos con éxito las disfuncionalidades que crea y creará el avance tecnológico, la superpoblación, el calentamiento del Planeta...

“Como tomar las decisiones”, “Pensamiento caja negra”, “Todo lo que he aprendido con la psicología económica” o “Small Data”, que son parte de los finalistas nos ayudan a encontrar formas de reflexión que den con la solución adecuada para tiempos cambiantes. Incluso “La Empresa colaborativa”, aunque habla de nuevas formas, tiene relación con las soluciones porque es verdad que no podemos hacer muchas cosas solos.

Todo es tan incierto que hasta uno de los autores finalistas, Yubal N. Harari hace una  “Breve historia del mañana”, subtítulo de su “Homo Deus”. No comparto las voluntades historicistas pero pone de manifiesto el ansia por conocer el pasado mañana. “Organizaciones exponenciales” o “El auge de los Robots” que son los finalistas no citados hasta ahora, nos avisan de los cambios. Y es por eso por lo que, quizás, en el jurado hemos optado por las soluciones en momentos de incertidumbre.

Es en estas situaciones donde las decisiones se vuelven más importantes y, haciendo un repaso de mis experiencias profesionales y personales, creo que hay que terminar con unas palabras de Adela Cortina en la intervención a la que me he referido. Hay que tomarlo como recomendación muy seria porque forma parte de la solución a situaciones plagadas de interrogantes: “la ética es rentable para las empresas a medio y largo plazo”. Y no creo que por empresa solo se refiera a las que tienen accionistas. Desde luego, me decanto por interpretar el término como acción, ya sea colectiva o individual. 

Adjunto
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