¿Existe la identidad europea? - Artículo
La identidad, una de estas palabras de éxito en tertulias y debates públicos, es un recurso impreciso que permite resumir tensiones entre unidad y diversidad en nuestras sociedades. La identidad surge en todos los discursos, y en nombre de la identidad se justifica un sinfín de acciones y reacciones, se fragmentan pertenencias y rupturas. Es un concepto vago si no lo acompañamos de un adjetivo, identidad cultural, identidad étnica, identidad nacional… Y la discusión sobre la identidad europea ha seguido los pasos de la identidad nacional: una bandera, un himno y sobre todo una amenaza externa. Pero ¿realmente existe una identidad europea?
Quizás es mejor preguntar ¿hasta dónde interesa que exista una identidad europea? En este momento de explosiones, desviaciones, crispaciones identitarias, en el que asistimos como espectadores pasivos a una desesperada carrera para reinventar ilusorias comunidades étnicas y religiosas, identidades nacionales exclusivas y excluyentes y mutaciones sectarias y extremistas ¿tiene sentido seguir insistiendo en una identidad europea? Preguntas que se debaten en el siguiente trabajo elaborado por el CIDOB y que presentamos a continuación.