La era del Desarrollo Sostenible [2] - Reseña del libro de Jeffrey D. Sachs - Finalista de los Premios Know Square 2015
En esta segunda parte de la reseña del libro, nos vamos a detener en los otros 5 Objetivos del Desarrollo Sostenible, para lograr desarrollo económico, sostenibilidad social e inclusión social.
6) Alcanzar la igualdad de género, inclusión social y derechos humanos para todos.
El desarrollo sostenible se apoya en las dimensiones básicas de justicia, equidad, inclusión y movilidad social. La discriminación constituye una barrera enorme y persistente para la plena participación en la vida económica así como la satisfacción vital. Este objetivo también pretende dirigir la atención del mundo hacia la excesiva desigualdad de ingresos y riqueza y hacia el concepto de pobreza relativa, que describe una situación en la que los hogares no viven en la pobreza extrema pero siguen siendo demasiado pobres para llevar una vida digna dentro de la sociedad.
Para el autor, las sociedades altamente desiguales no solo son injustas sino que también ineficientes, pues desaprovechan el potencial de los pobres al no ayudarles a invertir en salud y las capacidades que les permiten alcanzar una alta productividad a lo largo de su vida. Como consecuencia, la tarta económica es más reducida y repartida injustamente.
Fuerzas que aumentan las desigualdades:
• La brecha de ingresos ente los trabajadores más o menos cualificados. La globalización y los cambios tecnológicos, aumentan la desventaja de los trabajadores menos educados.
• El creciente uso de la robótica, así como los sistemas avanzados de gestión de datos y otras tecnologías de la información, que derivan renta del trabajo hacia el capital y como el capital está altamente concentrado en las familias más ricas, esto amplia la brecha de la desigualdad.
• El sistema político, donde los ricos contribuyentes y lobbies utilizan su influencia política para obtener privilegios en forma de exenciones fiscales, subsidios o cambios regulatorios ventajosos para ellos.
Resolver la desigualdad de género supone contar con capital humano y talento en el mercado laboral, las mujeres tendrán menos hijos e invertirán mejor en su alimentación, salud y educación, por lo que se podrá superar la trampa de la pobreza intergeneracional.
7) Garantizar un aprendizaje efectivo para todos los niños, niñas y jóvenes para su vida y sustento.
Éste objetivo educativo se traduce en un aprendizaje ejecutivo, en el sentido de que los niños deberían tener la posibilidad de desarrollar las capacidades que necesitan para ser productivos, llevar vidas plenas, ser buenos ciudadanos y poder acceder a trabajos dignos. A medida que cambia la tecnología, el acceso a trabajos dignos requiere también unas competencias adecuadas y una buena educación. Parte de este aprendizaje efectivo incluirá una mayor atención al desarrollo en la primera infancia (edades 0-6), la fase más importante del desarrollo del cerebro.
La educación superior desempeña un papel fundamental. Para invertir en I+D hace falta tener científicos e ingenieros altamente preparados y con titulaciones superiores: Inversión pública y privada en ecosistemas de innovación y por supuesto tener mano de obra cualificada.
8) Lograr salud y bienestar en todas las edades.
Se trata de lograr una cobertura universal de salud en todas las etapas de la vida, con un énfasis esencial en los servicios primarios de salud, incluida la salud reproductiva, para garantizar que todas las personas reciban servicios de salud de calidad sin que ello suponga una carga financiera excesiva. Todos los países deberán promover políticas dirigidas a ayudar a las personas a adoptar decisiones saludables y sostenibles en relación con la dieta, la actividad física y otras dimensiones individuales o sociales de la salud. Con una organización adecuada, es posible reducir drásticamente la mortandad infantil y maternal, elevar la esperanza de vida y controlar muchas enfermedades a un coste muy reducido.
Cuando los países son muy pobres, no pueden siquiera acometer la inversión básica en salud. Si conseguimos impulsar inversiones modestas pero bien orientadas en la salud pública de los pobres, esto puede marcar una enorme diferencia en sus niveles de salud.
Hay un círculo vicioso entre pobreza, enfermedad/mala salud y educación/analfabetismo. Las empresas no quieren invertir en países donde hay altas tasas de enfermedad (malaria por ejemplo), porque no lo encuentran rentable, esto lleva a que estos países sean pobres, lo que lleva a tener mala alimentación, y por tanto a la enfermedad, lo que se traduce en altos niveles de absentismo en el colegio y en el trabajo.
Asimismo las personas pobres son más vulnerables para aceptar trabajos más peligrosos. La causalidad se da por tanto en ambos sentidos: La pobreza lleva a la mala salud y la mala salud a la pobreza.
¿Cómo romper el círculo vicioso?
• Implementar el sistema universal de atención primaria de salud.
• Ayudar a las comunidades pobres a mejorar su nutrición.
• Invertir en infraestructuras: Agua potable, saneamiento, electricidad y carreteras y comunicaciones, conservación de medicamentos, acceso rápido a los servicios de salud, etc. y esa inversión debe ser tanto de los países pobres (20% de sus ingresos fiscales), como de donantes internacionales.
9) Empoderar a las ciudades inclusivas, productivas y resilientes.
Este objetivo consiste en lograr que todas las ciudades sean socialmente inclusivas, económicamente productivas y ambientalmente sostenibles, además de seguras y resistentes al cambio climático y otros riesgos. El éxito de este objetivo, requerirá nuevas formas de gobernanza municipal a nivel de participación y responsabilidad para hacer posible una transformación urbana rápida y equitativa.
Los mercados deberían servir a los seres humanos, no convertirse en un fin en sí mismos ni un vehículo para una codicia desorbitada que imponga elevados costes sociales a los demás. Cuando los mercados no toman en consideración las graves externalidades de los comportamientos individuales, como puede ser la pérdida de diversidad biológica o la extinción de especies, se vuelven contrarios al bienestar humano.
10) Transformar la gobernanza del desarrollo sostenible.
Tanto el sector público como el empresarial y las demás partes interesadas deben comprometerse a ejercer una buena gobernanza. Esto incluye la transparencia, la responsabilidad, el acceso a la información, la participación, el fin de los paraísos fiscales y nuevos esfuerzos para terminar con la corrupción. Las normas internacionales que rigen las finanzas, el comercio, los informes corporativos, la tecnología y la propiedad deberían adaptarse a los Objetivos del Desarrollo Sostenible. Debería reforzarse la financiación para luchar contra la pobreza, financiación de los bienes públicos a nivel mundial, y la búsqueda de soluciones para mitigar el cambio climático. Asimismo, esta financiación debería basarse en un conjunto escalonado de derechos y responsabilidades a nivel mundial.
Tal vez no sea posible conocer el futuro, pero no cabe duda de la importancia de plantear el modo de superar ciertos obstáculos, de preparase para los problemas que vendrán y de adoptar medidas para avanzar en la dirección deseada en las próximas décadas.
Alcanzar los Objetivos Desarrollo Sostenible requerirán grandes inversiones: Nuevas infraestructuras en agua, energía y transporte; nuevos sistemas educativos; nuevos sistemas de atención de salud; y en otras áreas críticas. Al igual que todo lo que tiene que ver con la construcción del futuro, la inversión en las personas, en las tecnologías, en la infraestructura y en el capital natural, está en la base misma del logro de los Objetivos Desarrollo Sostenible, ¿pero quién va a pagar todo ello?, ¿qué tipo de financiación eficaz los hará posibles?
Todos vamos a pagar de un modo u otro, pues como ciudadanos y consumidores debemos hacerlo por los bienes y servicios que forman parte de nuestras vidas. Las empresas construyen fábricas porque anticipan que les reportarán beneficios.
La otra forma que tenemos de comprar las cosas es a través del pago de impuestos para que nuestros gobiernos puedan prestar servicios públicos como la construcción de carreteras, atención en salud y la educación pública. Todos nosotros pagaremos por el desarrollo sostenible de ambos modos: A través de los mercados y a través de las instituciones políticas. Estos dos tipos de financiación son complementarios.