El 'Síndrome SETA' (Artículo)
En muchos sectores de actividad se están detectando preocupantes signos de ineficacia, que podríamos bautizar como "Síndrome SETA" (siempre en estado beta), y al que en otras latitudes e idioma, se le denomina Perpetual beta. Como es bien sabido, la técnica del estadio beta consiste en que un conjunto seleccionado de potenciales usuarios, hagan uso de la primera versión de un determinado componente, detecten sus fallos y se los comuniquen al fabricante, para que este pueda lanzar al mercado un producto ya probado.Con cada crisis, se abre el debate de si el sistema capitalista está ya agotado, si hay que revisarlo, adaptarlo a la nueva economía global, o si no sería mejor incrementar los controles, para que las leyes se cumplan en todas sus dimensiones, cosa que casi nunca se hace; nos encontramos con un beta en los reglamentos, que no en las leyes.
El casi-non-nato decreto 420, es una demostración clara que el beta es el sistema preferido por nuestros gobernantes para no luchar contra la crisis sin solución de continuidad, pues la política económica se piensa-diseña-promulga-aplica-modifica en puro tiempo real; es ella y su circunstancia.
En el sector de las TIC, lo nuevo deja de serlo antes de que llegue a colocarse en las estanterías; esta apreciación puede aplicarse tanto a lo duro como a lo blando. En cuanto a lo primero, nada como fijarse en los teléfonos portátiles en miniatura, tan inteligentes que no solamente te ofrecen miles de posibilidades que nunca materializamos (el despilfarro en funcionalidad), sino que hasta te permiten hablar por teléfono.
En lo referente al software, baste con observar lo que viene sucediendo en la Web pública; el software libre, entre otros factores, permite realizar mejoras a bajo coste y con un muy reducido TTM. Los programas y las aplicaciones se convierten en piezas de un puzle que, en un abrir y cerrar de pantallas, pueden funcionar de forma más rápida, mejor y más inteligente. Incluso se ha llegado a afirmar, que la Web 2.0, es el paradigma de la beta perpetua.
Mucho se habla de las interfaces amigables, cuando todavía se siguen lanzando al mercado cacharros digitales que vienen acompañados de manuales de empleo de cientos de páginas; de nada sirve que estos tochos ya casi no se impriman, pues lo que nos ahorramos en papel nos lo gastamos en incendios forestales.
Esta sensación de provisionalidad permanente, está siendo un auténtico freno para muchas inversiones que podrían hacerse en el desarrollo de nuevas aplicaciones tanto para la web pública como para la empresarial.
A la espera perpetua de la última versión, llegaremos a convertirnos en viajeros que se mantienen en el andén, esperando al último tren que nos llevará a ninguna parte.
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