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El avance chino: La nueva Ruta de la Seda del siglo XXI (Artículo)

En 2010, con la administración Obama recién llegada al poder y deseando instaurar un gobierno más “pacifista”, Estados Unidos dejaba de lado su interés por Rusia y sus luchas en Oriente Medio y realzaba, a través de su nueva Estrategia de Seguridad la necesidad de una mayor actuación en el Pacífico. Este giro geoestratégico hacia Asia, era resultado del gran crecimiento que estaba dejando entrever China por aquel entonces y que hoy, cinco años después es ya un hecho consumado. La República Popular China está creciendo a un ritmo frenético, su aumento de población y la necesidad de obtener recursos para su abastecimiento, está llevando al gran gigante asiático a mover “ficha” hacia otros mercados. Si el Fondo Monetario Internacional ya declaraba el pasado mes de octubre de 2014 que China desbancaba a Estados Unidos como primera potencia económica mundial, en términos militares tampoco se quedan atrás. Aunque su filosofía diplomática se basa en la no injerencia en los asuntos de otros Estados, China está sabiendo colocarse en el panorama geopolítico mundial en primera línea de juego. Sus avances hacia el oeste bajo el paraguas de acuerdos económicos en inversiones en infraestructuras de transporte o de energía, suponen un gradual asentamiento y empoderamiento chino en el extranjero que en un futuro cercano puede generar un mayor conflicto de intereses para el mundo occidental.Se incluyen 14 links a los mejores artículos publicados por diversas fuentes.

La llamada “Ruta de la Seda” es el nuevo proyecto económico lanzado por el Presidente chino Xi Jinping, cuyo objetivo principal es posicionarse y mejorar su conectividad con Europa y África. No sólo busca aumentar sus conexiones terrestres sino que busca afianzarse en las vías marítimas. Sus planes de inversiones económicas van desde acuerdos con Rusia, Afganistán o India, como la creación del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura. Su proyección futura se basa en invertir en la parte oeste del país (la más pobre), mejorando sus relaciones vecinales y avanzando poco a poco hacia Occidente. Su objetivo no es otro que consagrar a China como primera potencia mundial en todos los aspectos, y por mucho que a Estados Unidos le cueste reconocerlo, lo están consiguiendo.

A diferencia de los estadounidenses, los chinos tienen en mente un plan a largo plazo (es lo que tiene vivir bajo el amparo de un único partido y no estar en una continua campaña política por gobernar durante cuatro años más). El hecho de tener que “ganarse el puesto” con medidas a implantar durante una legislatura, conlleva realizar decisiones cortoplacistas que sean apreciadas por la ciudadanía para así asegurarse su reelección. A China esto no le ocurre (al menos por ahora) al contar con un régimen autoritario que aporta, por así decirlo, más estabilidad política. Esta “permanencia gubernamental” le permite confeccionar previsiones y estrategias más pausadas y menos perceptibles a priori, con planes de acción futuros alargados en el tiempo durante incluso décadas. Además, su no interés, al menos de “ cara a la galería”, de intervenir en los asuntos de Estado y centrarse únicamente en los negocios, le supone ganar aliados/socios económicos, contrariamente a Estados Unidos, cuya lucha por la libertad y la democracia, empleando las armas en muchos casos, les hace ser vistos como hostiles.

El enclaustramiento en términos de relaciones internacionales que China ha vivido durante los últimos tiempos, es ya parte de otra época. Los chinos han entrado con fuerza dentro del panorama geopolítico mundial. Pero mientras unos utilizan la fuerza para el control, China está ejerciendo una actitud de moderador ante las luchas ideológicas-religiosas y bajo suculentos contratos económicos y faraónicas inversiones en infraestructuras está consiguiendo ganar la partida. Tampoco hay que olvidar que el país asiático tiene sus propios problemas internos: un crecimiento poblacional desmesurado, graves problemas de contaminación, falta de suministros, conflictos territoriales y religiosos… sin embargo una nueva era está comenzando. El eje de poder se ha trasladado hacia Asia y la clave es saber mantenerse a flote ante las futuras “marejadas”, ¿sabremos estar a la altura?

Para conocer más sobre la situación actual de China, se muestran a continuación los artículos más destacables de los Think Tanks internacionales sobre este tema.

La nueva ruta de la seda y sus implicaciones:

En contraposición a lo que le está ocurriendo a China, el siguiente artículo discute el retroceso de Estados Unidos y la pérdida de su hegemonía:

¿Cuáles son las acciones futuras chinas? La importancia del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura:

Relaciones con sus vecinos:

China en Afghanistan:

China y Pakistán:

China con India:

China con Rusia:

China y Ucrania:

Para mayor información sobre China consultar:

 

 

 

Adjunto
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